
Los paradigmas son modelos o patrones de comportamiento que nos
permiten interactuar con el mundo. Dichos modelos o patrones están conformados
por todas las ideas, creencias, emociones y actitudes que hemos incorporado
como nuestras a lo largo de la vida, sobre un determinado aspecto de la
realidad. Estos modelos o patrones establecen límites en nuestras vidas,
trabajos, profesiones, empresas etc., dentro de los cuales resolvemos los
problemas que se nos presentan a diario.
Cuando un paradigma se encuentra instalado y activo en nuestro cerebro,
procesamos los mismos pensamientos repetidamente todos los días por lo que la
mente que se crea a partir de dichos pensamientos se torna automática,
inconsciente, rutinaria y familiar; en consecuencia, nuestras respuestas ante los
problemas, se tornan también automáticas e inconscientes.
Lo anterior no tendría mayor relevancia si no fuera porque la realidad,
a diferencia de nuestros paradigmas, no es estática y se encuentra en un cambio
constante.
Cambiar o romper paradigmas, significa modificar la manera
de hacer las cosas y aquellos que se atreven a hacerlo, son los que se adaptan
mejor a los cambios y en consecuencia, tienen mayores posibilidades de éxito.
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